Enseñar contenidos musicales de forma adaptada, utilizando para ello pictogramas, y conseguir que este aprendizaje repercuta en la mejora de otras habilidades, como las sociales y comunicativas, es la tarea a la que cada día se enfrenta el director de Ethos Centro para la Diversidad. ¿Cómo llegó a este punto? Él mismo nos lo cuenta.  

A.R.E. ¿Hasta qué punto la música enaltece nuestra alma y nos permite salir de nosotros mismos? Mucho se ha hablado de las posibilidades terapéuticas de esta disciplina artística, pero hasta que no se observan sus frutos uno no es realmente consciente del poder que las notas ejercen sobre las personas. David Núñez Mañó lo observa cada día en su lugar de trabajo, Ethos Centro para la Diversidad, un espacio que fundó en septiembre de 2014 para atender, como su mismo nombre indica, a cualquier persona, sin importar sus características.

 

David es profesor de música. Estudió en el antiguo Instituto Musical y en el Conservatorio de Huelva, y se sacó el grado superior de música en la especialidad de piano en el Conservatorio Manuel Castillo de Sevilla. Cuando finalizó sus estudios en 2007 empezó a prepararse unas oposiciones y a trabajar donde pudo, hasta que en 2011 entró como profesor de piano en la Escuela Profesional de San Juan del Puerto. Allí, aunque él ni se lo imaginaba, su vida iba a experimentar un cambio de rumbo. El ‘culpable’ de su viraje fue Borja, un niño con trastorno del espectro autista que comenzó a acudir a sus clases. “Borja hablaba solo, me quitaba la mano cuando intentaba dársela, rehuía del contacto físico, no me miraba… todo ello común en el autismo, pero claro, yo no lo entendía. Me fascinó tanto que comencé a formarme para comprenderlo y para alcanzar mi objetivo de ofrecerle una enseñanza de calidad“, reconoce Núñez.

Entrada del Centro Ethos para la Diversidad.

Con este afán, David hizo un Posgrado en Autismo en la Universidad de Alcalá de Henares, a la par que se convirtió en voluntario de la Asociación de Autismo de Huelva, entre otras entidades. Propuso la creación de un Aula de Educación Especial en la Escuela Municipal de San Juan, de la que se responsabilizó, y también realizó un Posgrado en Atención Temprana y otro en Altas Capacidades, pues se propuso hacer un estudio que mezclara altas capacidades musicales con el autismo de alto funcionamiento. Además, hizo el Curso de Adaptación Pedagógica en la Universidad de Huelva y se sigue formando de manera constante en didáctica y pedagogía musicales.

Tras coordinar las Jornadas de Música y Discapacidad que se celebraron en San Juan del Puerto en abril de 2014, Núñez se planteó montar un centro en Huelva capital para personas con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), naciendo así el 29 de agosto de aquel mismo año Ethos Centro para la diversidad, un espacio pionero en Andalucía en su área de actuación.

Durante el primer curso, se ofrecieron las materias de música, artes plásticas y expresión corporal; añadiendo en 2015-16 la de motricidad y una unidad de Psicología y Logopedia autorizadas por la Junta de Andalucía, e introduciendo finalmente en éste, su tercer año de funcionamiento, educación especial y refuerzo educativo. En total son cinco profesionales los que trabajan en Ethos, siendo su fundador y director el encargado, como no, del área de música.

En este sentido, David apunta que “la música ha funcionado desde el principio. No hago musicoterapia, aunque también tengo formación, sino enseñanza musical basada en contenidos y objetivos musicales del currículo del Conservatorio, pero adaptada a la necesidad de cada niño, utilizando recursos como los pictogramas, goma eva, cartulina…”.

Y es que a Ethos acuden personas, como ya se ha indicado, muy distintas. Sus usuarios, alrededor del medio centenar y procedentes de diferentes puntos de la provincia onubense, tienen entre tres y 27 años y presentan diversidades funcionales variadas. “Atendemos a cualquier persona, tanto a las que tienen alguna dificultad como a las que no. Algunos de nuestros alumnos tienen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), otros trastornos específicos del lenguaje (TEL), otros trastorno generalizado del desarrollo (TGD), otros parálisis cerebral, otros acuden al psicólogo por problemas de ansiedad y depresión… No es un perfil de alumno o paciente definido, pero sí es cierto que son más numerosas las personas con autismo por un motivo de prevalencia, y es que uno de cada 100 nacimientos en Europa, según estudios epidemiológicos, nace con este trastorno, y en EE.UU. esta cifra incluso se reduce a uno de cada 88”, reconoce David.

Y es que, como todo el mundo sabe, a día de hoy se desconocen las causas que provocan el autismo, así que sólo queda estar pendientes de los niños para ver si presentan sus síntomas. Éstos se hacen patentes a partir del año o año y medio de vida, siendo algunos de ellos el retraso en comenzar a hablar, el que no presten atención o te ignoren cuando los llamas -como si estuvieran sordos-, a veces sólo juegan con un objeto obviando los demás, rechazan el contacto físico… “en general, si ves a otros niños de la misma edad y al tuyo y los comparas, te das cuenta de que algo pasa“, concluye Núñez. En estos casos, lo ideal es acudir al pediatra para que se inicie el proceso de atención temprana, pues cuanto antes se comience a trabajar con el niño, mucho mejor.

Y eso es precisamente lo que hacen en el Centro Ethos para la Diversidad, trabajar las diferentes habilidades de sus alumnos para potenciarlas y ayudarlos a avanzar. David lo hace a través de la música, por eso su aula está llena de instrumentos de todo tipo: piano, batería y guitarra eléctricos, violín, xilófono, instrumentos de pequeña percusión ORFF, tubos de colores, campanas de colores, cajón flamenco, etc. Sus alumnos hacen un circuito por todos ellos además de, por supuesto, cantar y bailar. ¿Cómo lo logra? Con mucha paciencia y algún que otro truco.

Por ejemplo, todo el centro, hasta los baños, está lleno de pictogramas que sirven de apoyo visual a sus usuarios, pero especialmente a los que tienen TEA. “Como tienen bastantes dificultades en la comunicación y el lenguaje, tanto expresivo como comprensivo, estos elementos visuales les ayudan a comprender mejor su entorno y qué es lo que van a hacer“, explica David. En esta línea, el músico confiesa que se encuentra actualmente elaborando un manual de lenguaje musical adaptado a personas con autismo, es decir, un currículum de enseñanza básicas musicales pero con pictogramas que, prácticamente, es la forma de trabajar que aplica en sus clases.

 

Pero en Ethos todo es muy visual, utilizan los colores y materiales como el velcro, la cartulina o la goma eva como aliados en su día a día. Otra de sus herramientas para conseguir progresos con sus alumnos es emplear los refuerzos positivos y negativos, los cuales sólo son eficaces si antes se conocen los intereses de cada niño. “Lo primero que hacemos es conocer sus puntos fuertes, potencialidades y dificultades para poder trabajar con ellos. Los niños con autismo suelen tener muy buena memoria y el apoyo visual les ayuda a memorizar la secuencia, la rutina. Y si reforzamos los puntos fuertes, los débiles, que bien podrían ser las relaciones sociales, la comunicación, flexibilidad mental, las funciones ejecutivas, etc. acaban mejorando. Además, conforme pasa el tiempo, esos refuerzos se van retirando, es decir, se les premia menos por hacer cada vez más actividades, de este modo los adaptamos a la rutina de trabajar y todos mejoran muchísimo”, analiza el director del Centro.

Ejemplos de cómo este método funciona los vemos en los alumnos de David. Tal es el caso de en un niño de 1º de ESO con autismo que nunca se había subido a un escenario y que, después de dos meses en las clases de música, lo hizo en la cruz de mayo de Ansares sin que nadie le dijera nada “y desde entonces no se ha bajado”.

Aunque quizá el caso más conocido por todos sea el de Roberto Álvarez, el joven onubense que se ha convertido en la primera persona con autismo en España y de las primeras en el mundo en grabar un disco. ‘Gracias’ es el nombre de este CD cuyas canciones fueron compuestas y musicadas por David y que es una muestra de las grandes dotes para la música de Roberto. “Él es un caso excepcional”, reconoce Núñez, “es más capaz que yo para la música en ciertos aspectos y eso es algo innato. Roberto tiene un don, diría que ciertas características de llamado Síndrome del Savant o del sabio. Todas las personas con este síndrome tienen trastornos del espectro autista, sin embargo sólo el 10% de las personas con TEA presenta características de Savant. En el caso de Roberto, muestra unas habilidades para la música realmente increíbles. Le tocas unas notas y él, sólo con oírlas, es capaz de reproducirlas luego, incluso hasta acordes de 5 o 6 notas. ¡Tiene unas condiciones excepcionales!

Pero además, trabajando la música, su punto fuerte, Roberto ha podido mejorar otros aspectos de su vida, como su nivel de comunicación, su relación con los compañeros o su flexibilidad mental. A este último respecto, por ejemplo, el joven era incapaz de repetir una misma canción varias veces, o de cantar sólo un fragmento de una, tenía que interpretarla entera. Pero gracias a los refuerzos, se fue superando y ha podido hacer todas estas acciones en un estudio de grabación, incluso, ante el asombro de su madre, en la sesión de fotos para la promoción el joven miraba a cámara, algo que jamás había hecho.

En relación con el disco de Roberto, cabe destacar que el videoclip de la canción ‘Gracias’ se podrá ver muy pronto en las principales plataformas audiovisuales de Internet, como Youtube, Vimeo o Vevo. Este corto, cuyo director es el cineasta onubense Manuel Gomar, ha sido posible gracias a la colaboración de Ortopedia Gordillo, a la que David Núñez agradece su aportación. Asimismo, el director de Ethos ha contactado con todas las asociaciones de autismo de España con el objetivo de que en todas ellas se venda el trabajo discográfico con el fin, no sólo de concienciar sobre el autismo, sino también en beneficio de estas entidades, pues tres euros de cada ejemplar que vendan será para ellas.

Por otro lado, David no para y tiene entre sus nuevos proyectos hacer formaciones en las que cada vez actúen más compañeros juntos para fomentar la interacción social, “una importante dificultad común que suelen presentar todos los alumnos”, explica. Un primer paso para ello lo veremos el próximo 1 de diciembre, en la Gala de la Discapacidad, cuando ocho de sus estudiantes de música se suban al escenario para cantar el tema ‘Sonríe’.

En este sentido, también está en vías de hacer otro disco, pero éste con varios de sus estudiantes, un trabajo en el que cada uno cantará una canción distinta compuesta por Núñez especialmente para él o ella en un estilo musical concreto. Y es que, como bien explica el director de Ethos, “ellos me piden un disco como el de Roberto, todos quieren tener sus canciones. Ahora aprovecho este interés para hacerles partícipes en el proceso creativo y sacar de ellos mucho en cuanto a comunicación: que me cuenten qué quieren expresar, que me digan frases, el estilo que les gusta de música, qué instrumentos quieren que aparezcan, etc. Yo luego me quedo con la idea y escribo la letra y compongo la música. Ya tengo una terminada para uno de los alumnos que quería hablar del amor. Digamos que compongo a la carta para mis artistas”.

También tiene en mente este inquieto onubense, que compagina su labor en Ethos con la de profesor de música en Secundaria en el Colegio Virgen del Rocío de Huelva, poner en marcha un teatro musical con sus niños, el cual consistirá en una adaptación para ser representada del cuento de la escritora Carmen Sara Floriano ‘El taller de los sueños’. Para ello, David además se ha puesto en contacto con Aspandle Lepe pues, como bien explica, “ellos tienen una pequeña compañía de teatro y sería estupendo que también participaran en la obra y así hacer algo en conjunto porque todos tenemos el mismo objetivo”.

En suma, podemos decir que el descubrir el autismo cambió la vida de David Núñez, para quien la mejor recompensa a su trabajo es ver que sus alumnos disfrutan y que sus padres perciben sus grandes avances. Un ejemplo más del mágico poder de la música.

Fuente: huelvabuenasnoticias.com.